El GTD constituye un método de trabajo que se adapta perfectamente a la vida laboral de los trabajadores autónomos.
Una gran mayoría de los empleados por cuenta propia ignora todavía cómo ayuda esta metodología a su trabajo. Pero, una vez la conozcan, se percatarán de los beneficios que puede reportarles en su día a día.
A continuación, desgranamos las claves de este sistema de trabajo.
¿Qué significa GTD?
En primer lugar, si quieres una definición o al menos saber qué es el GTD, vale la pena señalar que las siglas que hemos citado en la introducción, GTD, se refieren a las palabras inglesas Getting Things Done. A grandes rasgos, podemos traducirlas al castellano como «Tener las Cosas Hechas».
Por lo tanto, la denominación de esta metodología laboral, creada para ser utilizada a nivel personal, lo que concuerda mucho con la manera de trabajar de los autónomos, ya nos ofrece pistas interesantes sobre su contenido.
Básicamente, se trata de un análisis prospectivo de la gestión del tiempo de trabajo. Fue creado por David Allen, quien imparte conferencias por el mundo para explicar cómo ponerlo en práctica puede mejorar el desempeño de un trabajador por cuenta propia.
¿Cómo ayuda a los autónomos utilizar este sistema de trabajo?
Sobre todo les va a servir para organizar el tiempo limitado con el que cuentan. De este modo, no van a trabajar más horas de las que les corresponden, lo que les impediría conciliar la vida laboral y familiar en condiciones idóneas.
Por tanto, es importante analizar qué tareas pueden acabarse antes y cuáles pueden ser postergadas. De esta manera, nos aseguramos también de que no queden muchas por terminar. En consecuencia, priorizar se ha convertido en un requisito imprescindible.
Las fases de este método
Por otro lado, hemos de tener claros cuáles son los pasos a dar para que la aplicación de esta metodología de trabajo resulte útil. En las siguientes líneas las repasamos.
1. Recopilación
Pongamos toda la información y los instrumentos necesarios para sacarle partido en un mismo punto.
2. Procesamiento
Analicemos todos los datos que hemos recopilado y quitémonos de encima las tareas más simples, que podemos resolver en cuestión de escasos minutos. Una vez hecha esta primera criba, es el momento de separar las actividades laborales y personales.
3. Organización
Dividamos los trabajos que hemos de llevar a cabo en los que pueden ser acabados con rapidez, los que requerirían más tiempo y los que están a expensas de la colaboración de terceros.
4. Revisión
Por si alguno de estos trabajos ha experimentado cambios en su estado.
5. Actuación
Es el momento de llevar a la práctica los puntos anteriores del esquema.
En definitiva, implementar el GTD contribuye a incrementar la eficacia del trabajo por cuenta propia.