Es común que pensemos que un asalariado no puede poseer una empresa. Al fin y al cabo, parece lógico que, al tener una empresa, no haya necesidad de buscar trabajo fuera. Sin embargo, es posible ser un empleado asalariado y, aún así, estar al mando de una compañía.
Los diferentes casos
Trabajar por cuenta ajena y crear una empresa
El hecho de trabajar por cuenta ajena y crear una empresa son actividades totalmente compatibles, aunque al principio parezca extraño. Sin embargo, la legislación española es bastante flexible en este aspecto y nos ofrece varias opciones para poder ser asalariado y tener una empresa propia.
Ser socio de una empresa y trabajar en ella
Un trabajador, si así lo desea, podría ser socio de una nueva empresa y, a su vez, trabajar para ella. En este caso, la persona en cuestión sería un socio más de la organización, pero tendría que cumplir unos requisitos. En caso de que su participación sea menor del 33 %, el empleado tendría que darse de alta en la Seguridad Social, en el Régimen General, en situación de pluriempleo.
Esta situación se extiende si acapara menos del 25 % como administrador. Además de este caso, es posible darse de alta como autónomo en situación de pluriactividad, la cual nos permite recuperar una parte de la cuota de autónomo de un año para otro.
Los que se encuentran en este régimen disfrutan de algunos beneficios, como una bonificación del 75 % de la base mínima de cotización establecida. Comúnmente, a esta situación se le llama tarifa plana, una forma de incentivar el trabajo autónomo con una duración de 12 meses en régimen normal, pero que en este alcanza los 18.
Sociedades limitadas laborales
En una sociedad limitada laboral, la mayoría del capital social pertenece a los trabajadores de esta, donde sostienen una relación de trabajo en base a un contrato indefinido. Para constituirse, tendrá que haber al menos dos socios, contarse con un capital social igual o superior a los 3000 euros y que la mayoría de este pertenezca a los trabajadores de la propia sociedad.
Así, los empleados son también los dueños de la propia empresa, lo cual lleva a que estos se esfuercen por mantenerla a flote y en la que las decisiones se tomen en conjunto. Es una forma efectiva y atractiva de que podamos crear una sociedad, ya que la cantidad de capital necesario para fundarla es muy reducido en comparación con otras situaciones que también recoge la normativa española.
En definitiva, sí es posible ser un trabajador asalariado y contar con empresa propia. Hay diferentes circunstancias en las que esto es posible, algunas más atractivas que otras, lo que aporta una gran flexibilidad a la hora de escoger una forma u otra de emprender o participar en el mundo empresarial.