La ley de segunda oportunidad es un recurso legal que nos permite a autónomos y particulares renegociar e incluso eliminar total o parcialmente nuestras deudas cuando no es posible abordar sus pagos.
¿Cuándo y por qué surge la legislación de segunda oportunidad?
Con el objetivo de exonerar las deudas y aliviar la carga financiera de personas en graves apuros económicos, se aprueba en 2015 el mecanismo de segunda oportunidad, cuyo establecimiento ayuda a sobrepasar ciertas situaciones de endeudamiento excesivo, sin descuidar tampoco el cobro que corresponde a los acreedores.
A pesar de todo, muchas familias desconocen a día de hoy que, gracias a este estatuto, podrían entrar en un proceso equivalente a la bancarrota de las empresas.
¿Cuáles son los requisitos para acceder al proceso?
La documentación legal establece tres condiciones indispensables para que nos sea posible optar a los beneficios de la norma:
- En primer lugar, demostrar que no contamos con un patrimonio suficiente para pagar las deudas, o que este ya fue liquidado.
- Además, la deuda total no puede rebasar en ningún caso los 5 millones de euros.
- Y por último, la buena fe del deudor, la cual es precisamente el requisito que más dudas genera.
Los beneficios y las desventajas principales
Evidentemente, la exoneración de la deuda es la ventaja principal. Esto afecta tanto a los créditos ordinarios y subordinados como a los hipotecarios. Aunque únicamente podemos dispensar los adeudos que no se encuentran protegidos por la ley y no podemos pagar.
Es decir, en el momento en el que accedemos a dicha ley, tenemos que desprendernos de todo nuestro patrimonio, produciéndose un embargo de nuestros bienes. Por ello, se trata de un mecanismo de «volver a empezar». En caso de desahucio, también se absuelve la diferencia entre el precio de nuestra vivienda y el capital total por amortizar, o en otras palabras, si el banco nos quita una casa no tenemos que seguir pagándola.
Por otro lado, este acuerdo extrajudicial de pagos trata de reestructurar la deuda, haciendo visible su pago parcial o total en un plazo como máximo de cinco años, introduciendo esperas y quitas en el débito.
Debemos cumplir el convenio obligatoriamente, ya que cuando la ley nos concede la ayuda, lo considera como una muestra de buena fe. Por lo que resulta necesario contratar a un abogado que nos ayude a conseguir un acuerdo viable y realista.
Aceptar otros compromisos
Para que podamos optar a la liberación de las deudas pendientes, debemos aceptar también otros compromisos, como:
- evitar hacer actos relevantes de compra o venta,
- que el nombre del deudor aparezca en el registro público concursal durante cinco años, etcétera.
Como hemos comentado, la ley de segunda oportunidad tiene varias ventajas y desventajas que conviene consultar con un especialista en esta temática, analizando nuestro caso en particular para tomar la decisión correcta.