A la hora de iniciar una nueva actividad empresarial desde cero, es fundamental tener en cuenta la diferencia entre:
- registro,
- dominio
- y nombres comerciales.
Puede parecer una tarea sencilla. Sin embargo, hacer que todos los nombres coincidan es complicado, ya que entran en juego una serie de factores que no podemos pasar por alto. Veamos con más detalle por qué el registro, dominio y nombres comerciales son distintos los unos de los otros y si presentan algún conflicto a la hora de adquirirlos.
¿Qué es el registro de marca?
Se trata, nada más y nada menos, que de la identificación de nuestro producto o servicio. Es decir, el nombre asociado a una actividad empresarial y el que reconocerán tanto clientes como otras empresas de la competencia.
Puede ser una combinación de palabras, símbolos, imágenes, letras, cifras, etc. y debemos registrarla en la oficina española de patentes y marcas.
¿De qué trata el dominio?
Identifica el sitio web de una empresa en Internet. Lo ideal es que coincida con el nombre de nuestra marca. Esto es verdaderamente difícil. Por ello, deberemos tratar de encontrar un nombre que se asocie a la marca empresarial. De cualquier modo, lo importante es tener un dominio registrado a nuestro nombre.
¿Qué características presenta el nombre comercial?
El nombre comercial es el que identifica una empresa en el tráfico mercantil. Al igual que con el nombre de marca, es necesario inscribirlo en la oficina española de patentes y marcas.
Conflictos entre los nombres
Es habitual que al constituir un nuevo negocio nos demos cuenta de que la URL (nombre de dominio) coincide con el nombre de marca de otra entidad empresarial. Si se trata de un dominio.es, es competencia española y podría solucionarse, siempre teniendo en cuenta la antigüedad del dominio en cuestión, de la marca, y de si ejercen la misma actividad en el mercado español.
No es lo mismo que una empresa se dedique a organizar bodas y que la otra fabrique muebles a que las dos organizaciones se dediquen al sector del mueble.
Recomendamos buscar conjuntamente desde el inicio de la nueva actividad el nombre de dominio y el nombre de marca, asegurarnos de que coinciden y de que no creen confusión respecto a otras entidades de la competencia.
Ya existen organismos que nos pueden ayudar al respecto. Así pues, tener la seguridad de que nuestra decisión es la adecuada es más sencillo.
En definitiva, conocer la diferencia entre registro, dominio y nombres comerciales es de vital importancia antes de constituir una empresa. Nuestro producto o servicio funcionará de manera óptima con una marca, nombre comercial y dominio con los que poder identificar la actividad que se llevará a cabo en nuestro nuevo negocio.