Reconocimiento médico para autónomos, ¿es obligatorio?

Todos conocemos la obligatoriedad de que los trabajadores por cuenta ajena se sometan a un reconocimiento médico bajo varias premisas, como cuando exista el riesgo de que padezcan una enfermedad por el desarrollo de su labor profesional; o bien, cuando su estado de salud se considere un riesgo para él u otros empleados. Pero ¿qué ocurre con los trabajadores autónomos? ¿Estamos sujetos a alguna obligación en este sentido?

En ocasiones, ni los propios autónomos sabemos qué respuestas dar a estas preguntas. El desconocimiento suele ser la tónica dominante. Ha llegado el momento de que aclaremos esta cuestión para siempre.

¿Cuál es la situación legal de los trabajadores autónomos ante los reconocimientos médicos?

Los trabajadores autónomos no estamos obligados a someternos a ningún tipo de reconocimiento médico. La legislación vigente se limita a velar por los trabajadores por cuenta ajena, obviándonos al resto.

Obligación para autónomos en ciertos casos

Pese a ello, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales sí que establece una obligación. Según recoge su texto, aquellas empresas con las que colaboremos están obligadas a ofrecernos una formación de nivel básico, cuya duración ascenderá a 50 horas. Esta se caracteriza por su tipo preventivo.

¿A qué situaciones o actividades se refiere? A las que se lleven a cabo entrañando riesgos para trabajadores, contratados o autónomos. También recoge expresamente el ámbito de la construcción.

¿Y las personas empleadas por autónomos?

Por otra parte, si los autónomos tenemos contratados empleados, entonces sí estamos obligados a que estos, como trabajadores por cuenta ajena, se sometan a reconocimientos médicos como recoge la normativa señalada. Debemos cumplir con la legislación para velar por su seguridad y no exponernos a posibles sanciones.

Conclusión

En definitiva, no existe obligación alguna de que los autónomos nos sometamos a un reconocimiento médico. Pese a ello, deberíamos preocuparnos por nuestra salud y someternos una vez al año a las pertinentes pruebas supervisadas por nuestro médico.