Hoy, en este artículo del blog, te voy a hablar sobre un concepto muy específico, que (como tantas otras cosas) afecta a la responsabilidad civil. Si en alguna ocasión te habías preguntado qué es el lucro cesante, te avanzo que es uno de los dos componentes principales de cualquier indemnización.
Es fundamental que conozcamos cómo funciona el lucro cesante, ya que entra en juego en los seguros de responsabilidad civil.
Elementos fundamentales de la indemnización
Nuestro ordenamiento jurídico basa la noción de indemnización en el concepto de restitución íntegra.
Esto quiere decir que los efectos del daño deben eliminarse por completo. Por eso, una indemnización incluye dos elementos fundamentales:
- Daño emergente. Se trata del daño efectivamente producido. Así, si vamos al trabajo y sufrimos un accidente de coche (saliendo ilesos), el daño emergente se corresponderá con los daños al vehículo y los elementos de su interior.
- Lucro cesante. Se trata del beneficio dejado de obtener por culpa del daño. En nuestro ejemplo se correspondería con el dinero que no hayamos podido ganar en nuestra jornada de trabajo porque no llegamos a tiempo por culpa del accidente.
Lucro cesante
Este concepto suele ser más difícil de demostrar que el daño emergente. Sin embargo, la dificultad probatoria no excluye en ningún caso la posibilidad de reclamar este concepto, expresamente contemplada en el artículo 1.106 del Código Civil.
Cabe señalar que también es posible reclamar los daños morales, que se corresponden con el trastorno ocasionado a la víctima del daño o incumplimiento a causa del truncamiento de sus expectativas.
Cómo se calcula este concepto (lucro cesante)
Para calcular la ganancia dejada de percibir hay que restar a la cuantía que se habría percibido de haber estado en activo la que realmente se haya obtenido.
Debe separarse escrupulosamente de los conceptos de daño moral y daño emergente. Y ello porque actuar de otro modo supondría socavar el mencionado concepto de restitución íntegra.
En el caso de los seguros de transporte suele ser más fácil de determinar. Sin embargo la casuística en la que puede darse la responsabilidad civil es más rica, lo que complica la determinación de su cuantía.
Cómo evitar el pago de la indemnización
En cualquier caso, toda lesión o incumplimiento contractual puede dar lugar a una indemnización. Sin embargo, existe la posibilidad de librarse del pago de la misma gracias a la técnica del seguro.
En este caso, un seguro de responsabilidad civil podrá absorber total o parcialmente la indemnización derivada de los tres conceptos mencionados. Así, la persona que reclame la indemnización no lo hará contra el incumplidor, sino contra su seguro.
Por supuesto, el seguro tiene un precio, determinado en la póliza. Además, en algunos casos el asegurado deberá pagar la franquicia, que se corresponde con una suma mínima o proporción de la indemnización total.
En resumen, el lucro cesante es uno de los conceptos indemnizatorios que entrará en juego en cualquier reclamación de responsabilidad civil.
Por eso es importante exigirlo cuando seamos la parte perjudicada, así como cubrirnos las espaldas mediante un seguro para evitarlo en caso de incumplimiento.