Si vives en un piso, seguro que te ha tocado vivir más de una experiencia aparatosa por culpa de tus vecinos y aunque puedas pensar que quizás no eres de ese tipo de persona y tus actitudes son ejemplares, existen ciertos hábitos molestos que suelen ser las principales quejas de los inquilinos y propietarios. Son los inconvenientes de vivir en comunidad.
Para ayudarte a destaparlos y que puedas molestar lo mínimo posible, te dejamos con algunos consejos de convivencia que hará que tus vecinos te tengan por alguien ejemplar.
¡Vamos allá!
Principales quejas de vecinos de pisos en una comunidad de propietarios
Música alta
A todos nos encanta disfrutar de la música y aunque a partir de ciertas horas de la noche no se pueden sobrepasar diferentes decibelios, de día puede resultar igual de molesta teniendo en cuenta que mucha gente trabaja de noche. Otros realizan siestas, estudian en su casa, puede que tengan bebés, los cuales resulta complicado que no se despierten al mínimo ruido.
Un buen vecino es aquel que, además de respetar las leyes de volumen legal, también se preocupa de que no moleste aún dentro de los baremos, a sus compañeros de puerta.
Portazos
Tanto a la hora de entrar o salir, bien por las ganas de salir a la calle o en contra, por el deseo de estar en nuestro hogar después de un duro día de trabajo, muchas personas entramos trasteando la puerta, cerrándola con más intensidad de la que deberíamos.
Evitar estos portazos cerrando de forma más suave, ayudará a que tus vecinos ni siquiera se enteren de que has entrado o salido de tu vivienda.
Discusiones familiares
Otro de los hábitos más feos, además de la imagen de unidad familiar que creamos, son las discusiones entre los habitantes de la casa que derivan en gritos y portazos que atemorizan a los vecinos.
Todos discutimos, pero no perder el respeto por tú pareja y no elevar el tono, es fundamental tanto para una relación sana con tu ser querido como con tus vecinos.
Movimientos de muebles
Sobre todo en edificios con paredes y suelos muy finas, nos encontramos con el problema de los arrastres de sillas, mesas, etc. que producen un ruido irritante y sumamente molesto. La utilización de almohadillas en las partas de estos muebles es sumamente eficaz.
Podemos adquirirlas en cualquier bazar por unos pocos céntimos. Por ese precio se evitarán muchas discusiones con el vecino de abajo.
Otros problemas involuntarios
Además de todos estos malos hábitos que todos hemos practicado más de una vez y que puede estar enervando a los vecinos. Podemos ocasionarles otros problemas de manera involuntaria, como humedades o goteras de alguna rotura de nuestra tubería.
En este caso, convertirse en un buen vecino se traduce en disponer de un buen seguro de hogar que termine por cubrirte cualquier desperfecto, que aunque no son creados de forma intencionada, mosquearán y mucho al vecino a quien se los ocasiones.
Tener en cuenta tanto estas malas costumbres fáciles de corregir, como cubrir todos los posibles daños que puedas causarle, es fundamental para ser un vecino ejemplar y que toda la comunidad sienta devoción por ti.