El «caudal relicto» afecta al pago del impuesto de sucesiones y donaciones. No podemos evitar hacer frente a esta obligación que llega con el fallecimiento de un ser querido. Para ahorrarnos problemas con la ley, no hay nada mejor que conocer este concepto.
¿En qué consiste el caudal relicto?
Este término (caudal relicto), también conocido como caudal hereditario, constituye el valor neto de los bienes, acciones, deudas y derechos que una persona lega en el momento de su fallecimiento. Es el resultado de restar las cargas y los gravámenes que pudieran soportar los conceptos mencionados. De esta forma, se obtiene la magnitud del caudal, que es el primer paso para determinar la base del impuesto de sucesiones y donaciones.
En el caudal se incluyen la totalidad de los bienes, acciones, deudas y derechos que tenía la persona fallecida y aquellos que poseía en partición con otros individuos.
Además, debemos tener en cuenta que algunos derechos, como el de usufructo o habitación, se extinguen con el fallecimiento, por lo que no pueden legarse. Por tanto, no se incluyen en el cálculo del caudal.
¿Cómo se calcula el «caudal relicto»?
Para empezar, debemos determinar los bienes y derechos que pertenecían a la persona que acaba de fallecer. También se establecerá qué porcentaje tenía en su propiedad. Una vez listo este paso, hay que conocer el valor que tenían en el momento del fallecimiento y deduciremos el valor de las cargas o los gravámenes que estuvieran soportando.
Diferencia con la «masa hereditaria»
Junto a esto, hay que diferenciar entre el caudal hereditario y la masa hereditaria neta, la cual se determina sumando al caudal el valor del ajuar doméstico y de los bienes adicionales. Luego habría que restar las deudas y los gastos existentes.
División para una herencia
El caudal debe dividirse entre los diferentes herederos del fallecido. Esto solo es posible cuando existe más de uno y en caso de que posean una parte proporcional de la herencia.
Una vez determinado el reparto de los bienes, no existe una cuota para cada heredero sobre el total. La razón es simple: cada uno obtendrá la titularidad sobre unos bienes específicos.
Los bienes se adjudicarán mediante una partición, ya que no basta con que en el testamento aparezca recogida su atribución específica. Además, en caso de que sea necesario, el caudal puede intervenirse por orden judicial. Esta es una medida que busca proteger los bienes y efectos de la herencia en algunas ocasiones. Por ejemplo, cuando no exista un testamento.
En definitiva, sin conocer el caudal relicto no se podría abonar el impuesto de sucesiones. Además, como hemos visto, es importante conocer el total de los bienes y otros elementos que lo componen. Así, no tendremos problemas a la hora de hacer frente a nuestras obligaciones tributarias.
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